Somos dos mujeres lesbianas nacidas en una zona rural y conscientes de las dificultades y estigmas que aún hay sobre nosotras. Por ello trabajamos por la aceptación del colectivo y la normalización de otros tipos de liderazgo. Nuestra misión es empezar a rellenar los huecos vacíos que todas las disidencias han ido dejando en el mundo rural porque un día no se sintieron comprendidas. Volvamos.

No aspiramos a la certificación de aceite ecológico porque requeriría modificaciones en el terreno que irían en perjuicio del mismo. Por ello nos comprometemos a que nuestro aceite esté limpio de residuos.

Nuestros pueblos, el lugar de la infancia y los veranos, necesitan también de iniciativas que permitan aunar la tierra que nos da de comer con los lugares donde está la innovación. Queremos ser y construir puentes.

Somos las mujeres las que sostenemos el peso de las comunidades en las que vivimos y, sin embargo, hemos estado históricamente alejadas de la propiedad de las tierras y de las iniciativas empresariales. Queremos ocupar espacios con igualdad y con el mismo reconocimiento sin tener que hacer el doble de esfuerzo. Ójala y sigamos creciendo para seguir peleando por ello.